Fue atacada por su ex pareja pero su perro se interpuso y la salvó

SOCIEDAD

Ocurrió en Rosario y el animal murió después de la agresión. Las amenazas y actos de violencia comenzaron al poco tiempo de irse a vivir juntos, pero siempre que lo abandonó volvió con él por temor. El agresor está prófugo

Irma Rodríguez convivió con Darío Arévalo durante tres años y medio y desde el principio notó que era violento. Con el tiempo comenzaron los golpes y amenazas. Se separaron muchas veces, pero ella siempre volvió por miedo. En reiteradas oportunidades, Darío le dijo: “Te voy a matar”.

El martes casi lo logra si no hubiese sido por el accionar de su perro Tobi, que se interpuso cuando el agresor intentó atacarla y recibió al menos dos puñaladas. El animal murió apenas unos minutos después de que su ex pareja se marchara.

“Sacó un cuchillo de la panza, un Tramontina. Mi perro estaba delante de mí y lo toreaba. Le quería morder el tobillo. Me estaba rompiendo la ropa con el cuchillo y el perro se atravesó para defenderme y la ligó. Una cuchillada le dio en la cara. Le abrió el labio. Y otra en el estómago. Si no fuese por mi perro me mataba, me apuñalaba”, relató Irma.

La mujer admite que vive con miedo. Por ella y por sus dos hijos, de 3 y 9 años que, además, presenciaron muchos de los hechos de violencia.

“Hasta que el tipo no se fue, el perro no dejó de torear”, detalló la víctima. El hombre se fugó, pero ayer a la madrugada volvió para romper una ventana e insistir con las amenazas.

Irma ya no recuerda la cantidad exacta de denuncias que hizo por malos tratos. “Más de quince o veinte”, expresó. En 2009 consiguió una prohibición de acercamiento y en 2012 logró que se renovara. Él salió de la cárcel por otros delitos hace cuatro meses y el hostigamiento recrudeció.

“Quiere que vuelva con él. Me dijo que si no volvía me iba a matar. ‘Yo te voy a encontrar’, me dice”, contó.

En algún momento ella dejó la casa de su padre y alquiló otra vivienda pensando que así podría volver a estar tranquila. Pero Arévalo volvió a encontrarla. Ahora piensa hacer lo mismo, pero duda: “Ya alquilé otro lugar y este loco me encontró. Intentaré ir a un lugar más lejos. Pero tampoco nos podemos ir nosotros y él estar libre. Imaginate si en un mes me encuentra, me pega un tiro y me mata”.