Por Senadora Nacional Liliana Fellner *
Hoy 7 de junio, día del periodista, es una buena oportunidad para reflexionar en torno a esta profesión que con tanto esmero y compromiso llevan adelante trabajadores y trabajadoras de prensa a lo largo y ancho de nuestro país.
El periodismo tiene un rol central en la vida de una democracia y por su propia condición camina estrechamente junto a la vida colectiva de los pueblos.
Desde la misma Gaceta de Buenos Aires, desde el mismo Mariano Moreno obsesionado con estrechar un lazo entre las ideas emancipadoras y los representados hasta aquellas valientes plumas que en momentos aciagos de nuestra Historia, durante las Dictaduras, se jugaron todo y redoblaron su compromiso con la verdad y la justicia.
En la actualidad, las tecnologías de la información, las redes sociales, entre otros fenómenos, ponen a prueba al periodismo en sus atributos esenciales y simultáneamente se redefinen las categorías que cobijaron a la comunicación de masas durante un siglo.
La información se torna necesariamente vieja conforme pasan los minutos y se multiplican las fuentes informativas alterándose las fronteras entre emisor-receptor y autor-editor.
Pero el periodista, su figura de enunciación, su pesquisa sobre la realidad, necesariamente persiste en tanto y en cuanto incorpora las nuevas herramientas y se ajusta a los nuevos dispositivos y lenguajes.
Es que, efectivamente, el periodismo ocupa un lugar neurálgico en la conciencia crítica de una sociedad. Periodismo y ciudadanía van de la mano y la ampliación de esta última desafía e interroga a la esfera pública.
Una ciudadanía consciente e informada siempre corre el límite de lo posible y exige del poder, del cual los medios de comunicación forman parte, elevados niveles de acceso y participación, a la vez que, más y mejores respuestas.
La profundización de estos vínculos, de estas tensiones creativas, garantiza en el tiempo y pondera la convivencia democrática.
Quienes tenemos responsabilidades en el Congreso de la Nación, debemos impulsar y acompañar normativas que auspicien al periodismo y lo resguarden frente a cualquier tipo de amenaza. Afortunadamente, estamos en condiciones de afirmar que en estos últimos diez años se han dado pasos importantes.
La despenalización de las calumnias e injurias junto a la sanción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual han fortalecido tanto la libertad de expresión, como la pluralidad de voces y el derecho humano a la comunicación.
Hoy, 7 de junio, saludamos y homenajeamos a los trabajadores y trabajadoras de prensa que con su trabajo cotidiano honran su profesión, honran la historia, honran a los lectores, oyentes, televidentes y también, y sobre todo, a una ciudadanía comprometida con su tiempo.
*Presidenta de la Comisión de Sistemas, Medios de Comunicación y Libertad de Expresión.

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